Hoy se bendijo y aperturó capilla dedicada a San José, en el Seminario Mayor de la Asunción en Quetzaltenango.
Por. J.C. |Iglesia | Esta mañana en las instalaciones del Seminario mayor de la Asunción del área de filosofía en Quetzaltenango, se ha aperturado y bendecido la capilla que fue dedicada a San José patrono de las vocaciones, donde han estado presentes Monseñor Mario Alberto Molina Palma obispo de la arquidiócesis de los altos Quetzaltenango Totonicapán, el Nuncio Apostólico Nicolás Thévenin, también se ha hecho presente Cardenal Monseñor Álvaro Leonel Ramazzini Imeri, sacerdotes de varias parroquias de la Arquidiocesis, seminaristas que se forman en este seminario y público que fue invitado para asistir a esta bendición


Como un primer punto a desarrollar en esta bendición, fueron la oración y posteriormente las palabras que brindó Monseñor Mario Alberto Molina en el frente de esta capilla, previo a recibir del representante de la constructora que construyó esta capilla la llave para poder aperturar la misma, posteriormente dirigieron sus palabras personeros de esta constructora, para dar a conocer sobre el trabajo realizado en dicha construcción, luego Monseñor Mario Alberto Molina aperturo la capilla para dar inicio con lo que sería la Eucaristía, animada por el coro de éste seminario.


En su homilía Monseñor Mario Alberto, mencionó varios acontecimientos suscitados desde que se diera a conocer el proyecto de construcción no sólo de la capilla, sino también del edificio donde se albergan los seminaristas; además de dar su agradecimiento a quienes le apoyaron, dentro de ellos a quienes conforman el consejo económico, arquitectos, personal de la constructora, sacerdotes y seminaristas.

Dijo además, que esta capilla sea el corazón de dicho seminario y que Dios habite siempre con ustedes, para que tanto sacerdotes formadores como seminaristas, tengan un lugar para la oración cotidiana, el encuentro y acercamiento con Dios, fortaleciendo así su vida espiritual y vocacional, discirniendo según la voluntad de Dios que debe realizar cada uno en pro de su iglesia.
Dentro de la eucaristía Monseñor Mario Alberto procedió a bendecir con agua bendita la capilla y la mesa del altar; con el canto de las letanías a todos los santos posteriormente con óleo consagrado se ungió la mesa del altar y las columnas y paredes de la capilla, finalizando con incienso que fue esparcido por toda la capilla.


Se bendijo también el Sagrario y quedó dentro del mismo la hostia consagrada, que es ni más ni menos que Jesús Sacramentado.

Por último tanto el Cardenal Alvaro Ramazzini, como el Nuncio Apostólico Nicolás Thevenin, dirigieron sus palabras agradeciendo a Monseñor Mario Alberto, el que se les haya invitado a participar en dicha bendición, y exhortando a los seminaristas a cuidar de las instalaciones que formalmente se les hace entrega éste día.

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